En busca del cuerpo de élite

TODOS TENEMOS ESE EQUIPO, O EL POTENCIAL DE TENERLO, MÁS ACCESIBLE DE LO QUE PENSAMOS

En busca del cuerpo de élite

03 febrero 2020

A veces uno debería pararse y mirar a su alrededor para ver que no está solo. Es algo evidente pero que a veces olvidamos. No esperemos a que otra empresa se de cuenta del talento que tenemos y nos lo 'robe'. Debemos mirar y valorar a los grandes profesionales que están dispuestos a demostrar su valía.

La verdad es que son espectaculares los paisajes naturales de la zona norte de Estados Unidos, sería una pasada contar con ellos cerca y poder disfrutarlos. Pero también es verdad que quizá se admira aquello que se observa en la lontananza y no tanto lo que tenemos frente a nosotros.  

En la imagen podemos ver uno de esos parajes a los que hago referencia, lo que ocurre que están más cerca que los grandes parques nacionales de Estados Unidos a los que he pretendido evocar, los tenemos aquí mismo, en España y más concretamente en el pirineo catalán. Pues esto es precisamente lo que nos ocurre con nuestros equipos de trabajo.

 En mis ponencias y publicaciones, tengo un tema recurrente que me sirve para poner todo tipo de analogías, el fútbol. El problema que tiene este deporte es la necesidad de poner en el escaparate fichajes de repercusión mediática, aun a costa de condenar al ostracismo a los jóvenes canteranos que llevan toda su vida en un club esperando su oportunidad. 

 En la dirección de personas o de equipos de trabajo pasa exactamente lo mismo. Tenemos personas ‘encasilladas’ en un rol o peor aún, ‘etiquetadas’, a las que no se les ofrece la más mínima oportunidad de crecer. Este mal hábito de algunos gestores repercute tan directamente en la productividad de la personas que pueden suponer el fracaso de un proyecto. 

Nuestra obligación es brindar la oportunidad de que nuestro equipo nos hable, ver sus expectativas, sus aspiraciones, qué espera de nosotros y de que forma nos puede demostrar su valía. Es sorprendente lo que nuestros equipos de trabajo tienen en su interior. Los profesionales que nos rodean no solo son trabajadores, son personas muy preparadas, con ganas de crecer y de demostrar su potencial, ¡y eso es exactamente lo que necesitamos como gestores de personas!. Volviendo al fútbol, pensemos que una estrella (elige la que tu quieras), por muy bien que juegue, no le va a quitar el puesto al entrenador, presidente, utillero o jardinero. No tengamos miedo en incorporar personas mejores que nosotros ya que ellos harán brillar al conjunto, incluido el gestor. 

Yo me siento muy orgulloso de todos y cada uno de los equipos de trabajo que he tenido, y más aún, de las personas que los componían. Creo que siempre hemos conseguido sacar altos rendimientos, yo de ellos y viceversa. Todos ellos me han aportado mucho y me han hecho crecer como profesional y como persona. La relación entre un director de proyectos y su equipo debe ser un win-win, si conseguimos esto tendremos nuestro propio equipo de élite.